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Una película es un proyecto de mucho tiempo. Desde la carpeta de proyecto hasta la postproducción hay años de trabajo. Imaginar una historia, escribirla, idear los planos… Sin embargo, hay algo que puede llegar a concebirse como un detalle y que, en realidad, tiene mucho impacto en el resultado final: de la totalidad de la gran pantalla en la que viven las historias, la banda de subtítulos ocupa el 10% del espacio más mirado.

Las investigaciones sobre eye-tracking o seguimiento de la mirada demuestran que cuando en la pantalla aparecen palabras, estas se llevan la mayor parte de nuestra atención. Cuando hay subtítulos, es imposible no leerlos.

Los subtítulos son el puente hacia nuevos públicos, y la clave para que tu película se disfrute en los festivales más prestigiosos y las pantallas del mundo.

En 2023, en Argentina se produjeron 230 películas que tuvieron estreno internacional; todas ellas con subtítulos.

Según un estudio de Romeo Fresco, investigador de la Universidad de Roehampton, las producciones más taquilleras recaudan hasta el 75% de sus ganancias en mercados extranjeros con versiones dobladas o subtituladas. No obstante, el costo de la traducción representa menos del 1% en el presupuesto.

El mercado audiovisual está dominado por servicios que priorizan la masividad y la industrialización por sobre la pericia, la profundidad y el vuelo que, generalmente, resultan en esos textos que no “suenan” bien. Porque, claro, hay textos y textos. Unos que solo dicen cosas y otros que perduran porque transmiten la búsqueda de sus creadores, provocan sensaciones y son inolvidables.

Existen, por supuesto, manuales de estilo que establecen características técnicas para las buenas prácticas de los subtítulos. Pero más allá del cálculo matemático de la cantidad de caracteres legibles por segundo, hay otras pautas para tener en cuenta que pueden hacer la diferencia en el disfrute de una película.

Los subtítulos profesionales están diseñados para minimizar el tiempo de lectura y así permitirnos explorar el resto de la composición. Esa escena que tanto costó concebir puede pasar desapercibida si nos pasamos los segundos leyendo. Por eso, los mejores subtítulos son los que prácticamente no se ven y se funden en el artificio.

Cada subtítulo es idealmente una unidad de sentido y cuando tenemos dos líneas, evitamos partir las preposiciones de su complemento, un sustantivo de su adjetivo y las conjunciones o pronombres relativos de su término.

Es importante que con la localización de los subtítulos, la cadencia acompañe el ritmo del montaje y que estos entren y salgan de pantalla con los cambios de plano para evitar leer dos veces.

En lo que respecta a la traducción, es central contemplar la visión de la obra porque no traducimos solo parlamentos; traducimos una mirada. Una mirada sobre algún tema que no tiene necesariamente un mensaje o una moral, pero sí tiene un posicionamiento, que se expresa en elementos sutiles, que pueden ser la expresión de un rostro, un plano subjetivo o la connotación de una palabra. Y eso es lo que se trasvasa en el texto.

Quienes disfrutamos de ver películas sabemos hasta qué punto pueden unos malos subtítulos estropear la experiencia.

Las producciones cinematográficas de gran calidad artística necesitan –y ameritan– atención y cuidado, servicios de excelencia técnica y creativa.

En Estudio Silver hacemos traducción especializada y subtitulado profesional para cine de autor desde el dossier hasta la postproducción. Acompañamos y brindamos soluciones lingüísticas para cada etapa: desde la carpeta de proyecto y el guión hasta el subtitulado para estreno en festivales y distribución internacional.

Nos comprometemos con esa labor artesanal y atenta al detalle propia de estas expresiones artísticas para que las historias trasciendan culturas y lleven inspiración a públicos de todo el mundo.

Nuestro norte siempre son los textos ágiles, claros y precisos que honren el trabajo original como vehículo para que la historia sea protagonista y conecte sentires.

Trabajamos con profesionales especializadas en textos audiovisuales, aplicamos instancias de revisión y usamos software que nos permite la mayor precisión técnica. Permanecemos en contacto estrecho con las personas realizadoras y atendemos a las necesidades particulares de cada proyecto durante el proceso.

Porque hay verdades que el cine toca en su lenguaje universal y merecen ser contadas más allá de sus fronteras.